En Colombia, donde el 80% de la energía consumida proviene de fuentes térmicas, la dependencia de los combustibles fósiles plantea un desafío significativo. Sin embargo, en medio de esta realidad, surge una alternativa innovadora desde los laboratorios de la Universidad EAFIT: un gasificador de biomasa diseñado para convertir residuos agrícolas en energía útil.
Esta tecnología no solo aprovecha desechos como cáscaras y semillas para generar energía térmica, sino que también abre una puerta hacia la sostenibilidad en zonas rurales con acceso limitado o inexistente a la electricidad.
Transformando residuos en energía limpia.
El proceso de gasificación convierte materiales orgánicos en gas de síntesis mediante oxidación parcial a altas temperaturas. Este gas, compuesto principalmente por hidrógeno y monóxido de carbono, puede alimentar maquinaria agrícola, sistemas de calefacción e incluso satisfacer las necesidades energéticas de pequeños hogares.
El gasificador desarrollado en por EAFIT y Promgas, con una patente de invención que respalda su innovación, produce hasta 5 kW/h utilizando 8 kg/h de biomasa. Esto equivale a abastecer cinco hogares rurales o maquinaria esencial para labores agrícolas, contribuyendo directamente al bienestar de las comunidades.
Proyecto Verano I: energía móvil para el Bajo Cauca.
El diseño de este gasificador permite montarlo sobre un tráiler, facilitando su transporte y uso en zonas rurales como el Bajo Cauca antioqueño, donde la electricidad es un lujo escaso. Esta solución portátil transforma residuos agrícolas en energía, fomentando la autosuficiencia de las comunidades y mejorando significativamente sus condiciones de vida.
Uno de los aspectos más notables del proyecto es su enfoque en la accesibilidad y el impacto directo. Al llevar la tecnología al campo, las comunidades no solo reducen costos, sino que también se convierten en actores clave de su propia sostenibilidad.
Más allá de la tecnología: un esfuerzo colaborativo.
La alianza entre EAFIT y Promigas impulsa soluciones de producción de energía con emisiones de bajo carbono que refuerzan la transferencia de tecnología hacia las comunidades, llevando innovaciones energéticas más allá del laboratorio para generar impactos reales en la vida cotidiana. Este gasificador de biomasa simboliza el poder de la colaboración entre la academia y la industria, permitiendo a las comunidades rurales reducir costos, disponer de energía estable y contribuir a una Colombia más sostenible.
Los investigadores de EAFIT se encuentran trabajando en optimizar el sistema, explorar financiamientos y fomentar nuevas investigaciones en bioenergía. Así, la biomasa residual, que representa un 74% del potencial energético de biomasa en el país, se convierte en una oportunidad clave para el desarrollo rural y la transición energética en Colombia.
Un futuro sostenible desde el conocimiento.
La visión de EAFIT es clara: contribuir a una transición energética que priorice el desarrollo rural y la sostenibilidad ambiental. Con proyectos como este, la Universidad reafirma su compromiso con la innovación y su capacidad de generar impacto más allá del aula, marcando el camino hacia una Colombia más equitativa y sostenible.