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En la última década, Bogotá, Medellín y Cali, las ciudades principales de Colombia, han experimentado un problema en común: el deterioro de la calidad del aire, con episodios cada vez más frecuentes y repetitivos que obligan a sus autoridades a tomar medidas restrictivas para mitigar el impacto que este fenómeno tiene en la salud de sus habitantes. 

Dichas medidas se hacen extensivas a la movilidad humana, el transporte masivo y particular, así como las actividades industriales, golpeando con ello la productividad y la competitividad de su economía.   

Esta situación ha exigido que las autoridades ambientales ejerzan presión sobre sus métodos de medición de la polución atmosférica, para poder obtener información cada vez más precisa y detallada que ayude a encontrar soluciones a esta coyuntura. 

Con el fin de encontrar herramientas que aporten a este objetivo, la Universidad EAFIT lideró el programa de investigación universitaria denominado Estimación de la polución urbana mediante el uso de mediciones y asimilación de datos en superficie, in situ y de detección remota.  

Los resultados iniciales de este programa, que inició en 2021 y recién finalizó en el segundo semestre de 2024, fueron presentados en el marco de la COP 16, la cumbre global sobre biodiversidad, que tuvo lugar en Cali entre el 20 de octubre y el 1 de noviembre de este año.

El programa contó con la participación de otras tres instituciones de educación superior (Universidad del Valle en Cali, Universidad de La Salle y la Universidad Nacional, en Bogotá) y ocho grupos de investigación de diferentes áreas del conocimiento, como ciencias biológicas, físicas y de la Tierra; química, matemáticas e ingeniería, entre otras.  

 

Detalles del programa

 

Según Elena Montilla Rosero, docente investigadora de EAFIT en el Área de Sistemas Naturales y Sostenibilidad de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería, y líder del programa, comentó que este programa fue financiado por el Ministerio de Ciencias y comprendió el desarrollo de tres proyectos de investigación.

El primero se dedicó al desarrollo de instrumentación o tecnología local para medir la contaminación atmosférica; el segundo, a la caracterización química de este fenómeno, y el tercero a la asimilación de datos que arrojaron los dos primeros proyectos para integrarlos en modelos matemáticos, estimar el comportamiento de la polución del aire en centros urbanos y predeterminar cómo dichos modelos pueden funcionar mejor para que, en un futuro, haya mejores pronósticos al respecto.  

“Todos los que participamos en el programa teníamos un mismo interés, estudiar la contaminación atmosférica en nuestras ciudades, y contábamos con experiencias previas que nos llevaron a juntarnos bajo un mismo propósito”, hace énfasis Montilla Rosero. 

En cuanto al primer proyecto de investigación, la docente investigadora comentó que este permitió identificar que es posible utilizar y desarrollar localmente tecnologías de detección remota, como in situ, utilizando tecnología aeroespacial, que aporten información de valor para medir la contaminación del aire en las ciudades.  

El hallazgo del segundo proyecto fue que era viable clasificar la polución a partir del análisis químico, así como determinar sus características como las formas y la composición desde diferentes fuentes en cada uno de los centros urbanos.  

Y el tercer proyecto descubrió que sí era factible adaptar los modelos de estimación y predicción de polución en lugares con características geográficas y meteorológicas tropicales y complejas como las que tienen nuestras ciudades. 

“Al final pudimos desarrollar instrumentos con tecnología que entregan información de calidad y que pueden medir el material particulado y los gases contaminantes; un radar láser que mide la contaminación en diferentes alturas, así como metodologías para medir y detectar de forma remota gases contaminantes con una precisión muy alta, y su efecto en la radiación solar que llega a la Tierra”, añadió la líder del programa de investigación.  

Otros hallazgos fueron que es posible estimar la concentración de contaminantes gaseosos y utilizar diferentes instrumentos de análisis químico en combinación con el uso de técnicas de inteligencia artificial para determinar la composición química y forma de los contaminantes en Bogotá, Medellín y Cali.  

Al tratarse de una investigación de ciencia básica, estos hallazgos son útiles para determinar que es posible generar capacidades internas para desarrollar instrumentos de este tipo y fortalecer así la precisión de las técnicas de medición de calidad del aire en nuestro país.