Historia de la Innovación Médica
En noviembre de 1895, un mes después de haber descubierto los rayos X, el alemán Wilhelm Conrad Röntgen, profesor de la Universidad de Wurzburgo, realizó la primera radiografía médica de la historia a la mano de su esposa Anna Bertha que le permitió visualizar los huesos de sus dedos y su anillo de bodas. Este hecho marcó el nacimiento de la radiología moderna y de las imágenes médicas.
Seis años más tarde, en 1901, se celebraría la primera ceremonia de los premios Nobel, que buscaba reconocer, año a año, a aquellas personas que hicieran los mayores aportes a la humanidad en áreas como física, química, medicina, literatura y paz. Röntgen fue galardonado en la categoría de física.
Más allá de que este invento tuvo su origen en el campo de la física, su aplicación revolucionó la medicina diagnóstica dado que utiliza la radiación electromagnética para visualizar el interior del cuerpo humano sin necesidad de someter al paciente a una cirugía.
Tecnología al Servicio de la Salud
Este es solo uno de tantos casos de lo que hoy conocemos como Healthtech que se refiere a un grupo de tecnologías creadas para mejorar la atención médica y los servicios de salud. En esta categoría entran productos farmacéuticos, dispositivos médicos, software, entre otros.
El caso de los rayos X muestra que históricamente la medicina ha encontrado apoyo para su desarrollo en diferentes disciplinas, y que los médicos, además de ser grandes inventores, también han sido muy buenos adoptantes de otros avances científicos.
Como pasa con cualquier invento, los primeros equipos que se utilizaron para la toma de rayos X eran bastante rudimentarios y no se tenía plena consciencia de sus riesgos. Con el paso de los años se comenzaron a producir equipos más pequeños, portátiles y seguros. Se empezó a utilizar plomo para protegerse de la radiación, se introdujo el uso de sustancias que mejoran la visibilidad y se derivaron nuevos inventos como las tomografías.
El Futuro de Healthtech en EAFIT
En la actualidad, tal como lo hizo la física hace 129 años, otras áreas de conocimiento están revolucionando la práctica médica y su interdisciplinariedad se hace mucho más evidente. Un ejemplo de esto lo tenemos en el marco de la pandemia generada por el COVID-19 en donde el profesor Carlos Andrés Salazar y un grupo de colegas de la Universidad EAFIT estuvieron trabajando con sistemas de reconocimiento de imágenes para crear un modelo matemático que fuera capaz de detectar neumonía viral o bacteriana procesando grandes volúmenes de radiografías y tomografías.
Similar a como pasó con Röntgen, la formación de Carlos está alejada de las ciencias médicas. Este se graduó como ingeniero de control, pero dado que tenía gran curiosidad y pasión por la literatura y las humanidades realizó una maestría en Hermenéutica Literaria y un doctorado en Humanidades. No obstante, sus habilidades e interés por resolver problemas relevantes de la sociedad lo han llevado a tener múltiples puntos de contacto con el área de la salud.
El primero de estos proyectos de investigación -anterior al desarrollo del modelo para detección de neumonía- estuvo relacionado con el reconocimiento de microexpresiones faciales o de estados afectivos, lo cual da indicios del estado emocional de una persona. Presentando múltiples aplicaciones, entre ellas, en el campo de la psicología.
Recientemente se han trabajado proyectos para integrar información asociada a un paciente. Ya no solo radiografías y tomografías sino también su historia clínica y sus bioseñales como electrocardiograma o saturación. Con esto diseñaron un modelo que tomó la información de distintas bases de datos para hacer un pronóstico y generar alertas cuando una persona debiese o no ir a una unidad de cuidados intensivos y con qué rapidez habría que atender ese caso.
También, basado en procesamiento de lenguaje natural, se creó un sistema de inteligencia artificial para ayudar a los médicos laborales en la generación de dictámenes sobre el origen de una enfermedad en un paciente. Se han adelantado proyectos dirigidos a que los hospitales utilicen inteligencia artificial -IA- para mejorar el rendimiento de sus recursos logísticos, de infraestructura y financieros, y otros que buscan que pacientes con problemas de salud mental puedan adherirse mejor a las terapias recomendadas por los especialistas.
El Compromiso de EAFIT con la Ética y la Accesibilidad
Convencidos del impacto transformador de las nuevas tecnologías para servir a la sociedad, en EAFIT hemos integrado la IA en nuestras investigaciones y desarrollos tecnológicos. Desde 2016, colaboramos con el Centro para la Cuarta Revolución Industrial en la creación de marcos éticos para el uso de IA en Colombia, incluyendo su aplicación en seguridad y defensa nacional. A través de nuestra spin-off HuMath, hemos desarrollado innovadoras soluciones como el Sistema de Teleradiología, que permite diagnósticos precisos a partir de imágenes de rayos X y TAC, y el Sistema de Reconocimiento de Emociones, capaz de interpretar emociones en video, audio y texto para aplicaciones en recursos humanos, psicología y marketing. Estas iniciativas reflejan nuestro compromiso con el uso responsable y accesible de la IA para mitigar problemáticas sociales y mejorar la calidad de vida. Seguimos apostando por la ética y la accesibilidad en cada uno de nuestros proyectos de IA, para asegurar que sus beneficios lleguen a todos.
A pesar de estos desafíos que las nuevas tecnologías puedan tener, debe quedar claro que son y seguirán siendo herramientas para facilitar y mejorar la práctica médica en términos de precisión en los diagnósticos, tratamientos personalizados, seguimiento a los pacientes, reducción de cargas de trabajo para los profesionales de la salud, entre otros.
De seguro, en este punto, Röntgen nos invitaría a ver un poco más allá y a que continuemos apostando por la investigación en pro de la salud y el bienestar de todos, recordándonos que nuestra medicina moderna es un triunfo más de la transferencia de tecnología y conocimiento.